jueves, 5 de junio de 2008
Nanimarquina
miércoles, 4 de junio de 2008
Dust Furniture
lunes, 2 de junio de 2008
Arte y diseño en fieltro
El diseñador más joven de París
viernes, 30 de mayo de 2008
Agitar antes de usar
Daniel Richter
jueves, 29 de mayo de 2008
Russafart
viernes, 23 de mayo de 2008
Happy Pills
martes, 13 de mayo de 2008
Fischli & Weiss: flowers and questions
domingo, 11 de mayo de 2008
La decoración "en piedra"
Cinema Jove prepara su edición para 2008
Diseñado sobre el trabajo de cineastas de menos de 35 años y con el objetivo de mostrar películas no estrenadas todavía en nuestro país, Cinema Jove se convierte en un excelente vividero del relevo cinematográfico que viene. Un auténtico foro de encuentro para todos aquellos jóvenes amantes del séptimo arte de todo el mundo.
Como cada año este festival se celebrará en Valencia entre los días del 21 al 28 de junio. Una apuesta por el cine de calidad para todo tipo de público, que ha logrado situar a Cinema Jove entre los cinco festivales internacionales de cine más importantes de España.
Web: http://cinemajovefilmfest.com/
viernes, 9 de mayo de 2008
Casas para los perros...Gays!
miércoles, 7 de mayo de 2008
Muñecos de diseño
lunes, 5 de mayo de 2008
Realismo urbano. Pilar Carrera
De la revista TELOS. Enero-Marzo 2005 Nº 62 Segunda Época
«Hay una gran necesidad de veracidad» John Cassavetes
Hoy en día podemos leer anuncios inmobiliarios como éste: “Loft o estudio profesional. En Madrid, zona centro Atocha, 240 metros, ático, diseño japonés, en edificio industrial singular…”. Prestemos atención a la negrita, que a buen seguro es nuestra: “diseño japonés”. Quien hace uso de este acicate sabe a qué atenerse, que el que tenga oídos, oiga.
No nos ocuparemos ahora de intentar acometer una diagnosis del panegírico cotidiano del elemento “de diseño”. Aunque sería por otra parte una labor necesaria.
Es evidente que no estamos ante un “diseño” cualquiera, sino ante un “diseño japonés”, lo cual, en el necesariamente ayuno de grandes matices imaginario colectivo, viene a ser algo así como espacios desocupados, líneas rectas, anemia ornamental y sobriedad programática. No corren buenos tiempos para el barroco recatado que mayoritariamente ha nutrido nuestras imágenes hogareñas. Y ¿cuál es en este caso la víctima propiciatoria de este “buen decir”? Pues se trata ni más ni menos que de la casa. Y por extensión de la “gran casa”, de la “ciudad”. A este lugar queríamos llegar y en él nos detenemos. No hace falta decir que poco importa en esta ocasión el argumento naturalista y redentor que señala con el dedo el lugar paradisíaco en el que hechos y hábitos contradicen los discursos. A fuerza de hablar de “ciudades virtuales”, de “ciudades-red”, de ciudades vicarias, se nos ha quedado un rictus beatífico, de sosiego infinito y calma contemplativa en el rostro. Aunque es muy probable que para nosotros sea ya demasiado tarde para el nirvana, con o sin la ayuda del “diseño japonés”.
¿Por qué deseamos tan fervientemente hacer de la casa y de la ciudad un objeto de consumo “extático”? Nadie duda de la buena voluntad de los defensores de esta buena causa. Pero tanto esfuerzo en balde… Realmente sentimos que no es preciso malgastar tantas energías en una empresa abocada a estrellarse contra lo irreparable: el tenue prosaísmo ornamental que continuamente anima esos dos conceptos, el de “casa” y el de “ciudad”.
Recordemos por un breve momento -trasladando el concepto al tema que nos ocupa- el “pensamiento masivo”, término con el que Walter Benjamin aludía a la escritura de Bertolt Brecht. ¿Por qué no se habla de diseño “masivo”?
Una fotografía de Ian Berri, tomada en 1963, muestra el reencuentro de dos hermanos separados por el muro de Berlín, para celebrar la Navidad. Aunque las vestimentas son distintas, no podemos evitar pensar que se trata del mismo personaje, que vemos al mismo tiempo con su gesto de bienvenida, de frente y de espaldas. Una representación del “abrazo” a la ciudad estaría cercana de esta fotografía. Y así cada vez, en cierto modo, esa imagen que está frente a nosotros, y que se supone representa a la ciudad, de repente nos damos cuenta de que se asemeja enormemente a nosotros.
Esta ciudad a la que nos asemejamos debería estar situada precisamente en las antípodas de toda sublimación a la que tan acostumbrados nos tienen ciertos approches a la “experiencia urbana” o, en escala reducida, a la doméstica –tipo “diseño japonés”–, o a la experiencia mediática “virtual”. Pretender hacer de la imagen de la ciudad la antesala de alguna manifestación “espiritual” significa omitir su razón manifiestamente común y comunicativa. La tendencia a abordar la “banalidad” o a la cotidianeidad obligándolas a hacerse portadoras de un “enigma”, porque no es posible que todo termine ahí, que no haya alguna profundidad redentora, asola la ciudad. Parece como si todo lo “masivo” –la ciudad y sus casas, la publicidad y sus anuncios, el cine y sus películas, la televisión y su programación– debiera redimirse de algún modo, debiera volverse cavernoso y profundo, sin olvidarnos, si la ocasión lo requiere, de hacerle una gracia a lo autóctono, a la tierra que nos ha visto nacer.
Lo mediático como argumento
La “cultura” –se dice- es la clave. Que para algunos significa leer “ciertos” libros, escuchar música clásica, ver cine (español). Aquí tenemos de nuevo el “loft de diseño japonés”, donde todo está preparado para que emerjan pequeños instantes de trascendencia. Aparte de lo inaudito y decimonónico de la definición, hay una esencial falta de “realismo” entendido como lo que nos permite “hacer algo” con lo que nos rodea, en torno a toda esta deriva acerca de la cultura como puerta hacia lo absoluto, hacia lo que no tiene ni tiempo ni espacio ni materia.
Si la ciudad ha de erigirse en “manifestación” de la cultura, sólo puede hacerlo de manera no meramente estética y evocadora, y si sabemos apreciar el lugar privilegiado que ocupa la “superficie” en el concepto “ciudad”, y por supuesto en el de “cultura”. Nunca está de más citar aquellas palabras de Otl Aicher para recordar el absolutamente necesario y paradójicamente difícil acceso a la superficie de las cosas cuando existe la firme decisión de no dejarse entretener con humaredas de signo diverso: «(…) teníamos que volver a los objetos, a las cosas, a los productos, a la calle, a lo cotidiano, a los hombres».( 1)
Mas el lector sabe que no estamos hablando en un sentido sociológico o humanitario, o ecuménico, o apologético de los “pequeños grandes momentos”, pues no le corresponde a un texto como el que nos ocupa, cuyo asunto es meramente lingüístico.
Tampoco se trata de oponer una nutrida imaginería gótica a la exitosa escuela angélica de enseñanzas urbanas. Ni diaboliques ni cinismos. Basta constatar que lo mediático se ha venido utilizando en el caso de la ciudad como argumento “desmaterializador”. Piénsese en el cortejo celestial que sigue a Internet como ursache de “ciudades virtuales” o de “sociedades-red”. Pero no es nuevo, ¿cuantas veces no habremos oído hablar de la televisión y de su poder de disolución de las “formas” –los individuos– en ese vasto magma de espiritualidad inversa que es la masa? Argumento antiguo que ha experimentado continuos renacimientos desde los que se insinúa que la salvación ha de estar en el carisma secular del libro, o en escuchar música de Tchaikovski. Es baladí empecinarse a estas alturas en formular un concepto de cultura del que quede excluido o puesto en cuestión, o “purificado” lo mediático. Pero, una vez incluido, ¿qué sentido tiene desmaterializarlo? Somos conscientes de que puede parecer completamente anacrónica esta apología de la “materia”. Pero conviene recordar el paradójico inicio de aquel también démodé manifiesto materialista que, no es casual, comenzaba hablando de fantasmas: «Un fantasma recorre Europa: es el fantasma del comunismo».
Digámoslo de otra manera: el único reducto posible de un deseable “realismo” para la cultura es mediático y es masivo. La casa que nos ocupa no es “de diseño” y es sin duda prosaica, y es probable que sea poco propicia para la “contemplación” y la lírica de lo virtual. ¿Quién podría entregarse a goces tan placenteros y, sin duda, colmados de virtud, en una casa que sabe que está llena de fantasmas?
[1] AICHER, O.: Die welt als entwurf, Ernst&Sohn, Berlín, 1992, pág. 90 (edición española: El mundo como proyecto, Barcelona, Gustavo Gili, 1994).
martes, 22 de abril de 2008
‘Vivir con Madera’ premia la innovación en madera
El Primer Concurso Nacional de Diseño ‘Vivir con Madera’ para profesionales y estudiantes de arquitectura e interiorismo premia una sutilísma trama construida con madera para la zona Padel del Club de Tenis Barcino de Barcelona y una casa “de arena y madera”.
El Concurso Nacional de Diseño ‘Vivir con Madera’, organizado en colaboración con Arquinfad, realizó su entrega de premios el pasado día 30 de enero en el Matadero Central de Diseño de Madrid. El jurado valoró la mezcla de tradición e innovación, la delicadeza y la excelencia a la hora de utilizar la madera y sus derivados como material constructivo y decorativo. Así, el primer premio en la categoría profesional recayó en Toni Gironès Saderra por su proyecto terraza/pérgola en la zona Padel del Club Tenis Barcino de Barcelona que mostraba una sutilísima trama construida con madera, reduciendo visualmente la presencia de dicho material. Lograba así un juego entre sombra, naturaleza y construcción. Por su parte, Belén Agustí Sunyer consiguió el primer premio en la categoría de estudiante por su proyecto Casa de Arena y Madera del cual el jurado destacó su verosimilitud constructiva y su alejamiento de lo habitual.
La entrega de los galardones realizada el pasado mes de enero, patrocinada por Bancaja, contó con la presencia del Secretario General de Vivienda, Javier Ramos, y con un jurado de excepción: la interiorista Estrella Salietti; los arquitectos Teresa Sapey, Isabel Bachs y Javier García Solera; los empresarios del sector Vicent Martínez (Punt Mobles) y Pilar Calvo (Radisa); y el Secretario General de Confemadera, Francesc de Paula Pons.
‘Vivir con Madera’ es un proyecto liderado por Confemadera que se encuadra dentro de la Estrategia Europea de la madera Roadmap 2010 que pretende promocion
ar el uso de la madera y sus productos. Con este Concurso Nacional de Diseño buscan mantener la línea de sus iniciativas para dar a conocer las múltiples propiedades y usos de la madera como material clave para el hábitat del siglo XXI. Así, apuntaba Francesc de Paula Po
ns “esta primera edición de los premios ‘Vivir con Madera’ abre un camino importante para que la arquitectura y el diseño en madera, tan presentes a nuestro alrededor y, muchas veces, tan desconocidos, adquieran la relevancia y el reconocimiento que merecen”.
lunes, 21 de abril de 2008
Andreu World, Premio Nacional de Diseño 2007
La empresa vanguardista Andreu World ha obtenido el premio más importante en el ámbito del diseño gracias a su apuesta por la calidad y la diferenciación de su producto, utilizando siempre como base el diseño para la innovación.
Francisco Andreu fundó en 1955 un pequeño taller artesanal que lograría convertirse en todo un referente para el diseño español. Sin saberlo estaba poniendo las bases de la prestigiosa Andreu World. Una empresa que en la actualidad exporta el 60% de su producción a más de 60 países, siendo Europa y Estados Unidos los principales mercados internacionales.
En sus inicios el objetivo principal fue fabricar muebles modernos para la nueva sociedad española derivada del desarrollo económico de los años 80. Pero, pronto empezó a desbancarse de la etiqueta de empresa tradicional para convertirse en una auténtica contribuyente a la cultura del diseño gracias a su intención de hacerse notar en un mercado más amplio y abierto. La apuesta por el diseño como enseña distintiva y diferencial fue la decisión clave en la historia de la empresa y marcó el crecimiento de la actual Andreu World que ha logrado contar con una primera línea de diseñadores: Josep Lluscá, Jorge Pensi, Javier Mariscal, Alberto Liévore y Nancy Robbins, entre otros, forman una auténtica elite de diseño que han trabajado como engranajes para lograr un catálogo de talla internacional perfilando un diseño actual, elegante, inteligente y sutil que refleja experiencia y habilidad tanto en los diseños como en la fabricación.
Ha sido esa sensibilidad por la obra bien hecha, el respeto al creador, el diseño inteligente, la apuesta por la calidad y la diferenciación del producto lo que ha hecho que Andreu World sea premiada en la 17ª edición del Premio Nacional de Diseño celebrada el pasado 12 de diciembre de 2007. Este galardón, otorgado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y la Fundación BCD (Barcelona Centro de Diseño), viene siendo desde sus inicios en 1987 el reconocimiento más prestigioso que se otorga en España a diseñadores que destacan por su labor profesional y a empresas que utilizan el diseño con éxito en su estrategia de innovación.