martes, 13 de mayo de 2008

Fischli & Weiss: flowers and questions

Italia ha acogido por primera vez la colaboración de los artistas suizos Peter Fischli y David Weiss. Una exhibición, Flowers and questions, realizada en una mansión del sigo XVII que recoge los proyectos más conocidos y otros muy novedosos del trabajo de la pareja. Una
puesta en escena del arte más
contemporáneo.




Peter Fischli y David Weiss iniciaron su prolífica colaboración en 1979 utilizando desde entonces técnicas de trabajo como el cine, vídeo, escultura o fotografía. Suelen analizar la realidad a través del tiempo, jugando y distorsionándolo con inteligencia e ironía. Suelen cuestionar con sus obras la categoría de la obra de arte.

Durante los pasados meses de enero a marzo, el Palazzo Litta en Milán, contó con la primera retrospectiva en Italia de los artistas suizos. El pasado año se realizó en la Tate Modern de Londres con un gran éxito, por lo que Milán, la capital del diseño italiano, acogió la propuesta con entusiasmo.

Presentada por la Fundazione Nicola Trussardi, la exhibición se instaló en las distintas habitaciones de una mansión restaurada del siglo XVII, el Palazzo Litta. La muestra llamada Flowers and questions se componía de más de 40 piezas que trasformaban la visita al palacio en un mundo surrealista creando una atmósfera misteriosa. El estilo barroco del edificio ayudaba a crear un ambiente muy distinto al que acostumbra a ver el público en las exposiciones de arte contemporáneo.

Las primeras habitaciones mostraban los diversos trabajos fotográficos de los suizos, la serie airports era la protagonista en la primera habitación que evocaba el lobby de un hotel. A medida que el público avanzaba los diversos vídeos y montajes fotográficos conjugados con diferentes sonidos envolvían las salas en una atmósfera melodramática. A partir de la habitación número nueve la escultura cobraba protagonismo. La colección grey sculptures mostraba contrastes de un trabajo inquieto e inestable: serpientes, payasos, gatos en trenes, puestas de sol o montañas que reproducían situaciones espeluznantes. Quizá aquello que más llamaba la atención era la utilización en algunas de las habitaciones de fiambre como motivo escultórico. La colección The Sausage Photographs mostraba imágenes del quehacer cotidiano realizadas mediante salchichas o mortadela. Algunas sorprendían, otras hacían reír.
Las habitaciones del final mostraban el paso del tiempo de la civilización en pequeñas esculturas que sobretodo hacían mención especial al trabajo y la construcción con muñecos que satirizaba cada situación. Los animales, por supuesto, seguían siendo una máxima en cada rincón de la exhibición. 




La habitación que cerraba la exposición poseía únicamente una radio en un pedestal que iba cambiando de color mientras se reproducían música y noticias del pasado. Todo un homenaje a este aparato que tan gran protagonismo ha tenido a lo largo de la historia. Una evocación más en el mundo del arte a los medios de comunicación, los encargados supuestamente de mantener informada a la población.

Flowers and questions se encargó de que los visitantes lograron por unos instantes trasladarse a un mundo diferente repleto de criticas ocultas. Una exhibición que hace pensar y que se ha llevado a cabo mediante un gran trabajo tanto de la Fundazione Nicola como de la Tate Modern y la Kunsthaus Zurich que han ayudado a que todo fuera perfecto. Una exposición que transforma la visión de la realidad de todo aquel que la visita. Ahora sólo nos queda esperar a que se reproduzca una segunda retrospectiva o que se decidan a llevarla a otros lugares del mundo.

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